viernes, 20 de abril de 2012

Algo me recuerda que encajamos. Quizás fue ese segundo, en el que por accidente rozas mi mano derecha con la tuya, y me pongo roja. O las risas nuestras, ambas juntas, que semejan una sonata perfecta, compuesta exactamente para ser reproducida así, a la vez. Y me miras sonriendo, es ahí. Ahí, justo ahí, se me borra la sonrisa poco a poco y nos quedamos mirándonos. Ahí es cuando se que mis ojos solo pueden perderse así en los tuyos, tan oscuros, solo en esos. Nadie, nadie como tú. 
- Ese es el mío.- Digo, algo nerviosa, guardando la libreta en la mochila y como sin más me levanto, te sonrío.
-Adiós Dani, espero verte pronto.- Permanece sentado, equilibrándome con la mirada.
-Nos veremos.- Hago un guiño rápido y subo al autobús. Es imposible no volver a verlo, el destino nos ha querido juntos, y cuando algo lo empeña no se da por vencido. Nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario