viernes, 20 de abril de 2012

Yo construyo metáforas, yo nos construyo a nosotros y nos reproduzco en palabras. Posiblemente no me veas, pero estoy aquí, sin perderte de vista un solo momento. Tu hablas con la dependienta acerca de un trozo de tarta de queso, ella se ríe y se toca el pelo. Te mira y parece feliz. Yo permanezco en la mesa, con un café ya frío y un libro que tú solías leer. Y seguís hablando, la chica es mona, es de tu tipo, supongo. Creí que yo era tu tipo. Aún que sigo pensando que no hay una chica que se te adapte mejor que yo. Por fin, te da la tarta y te ríes mientras la invitas a cenar. Este es nuestro café. Mi amiga me mira con expresión preocupada. Con miedo a lo que sucede. Entonces sales por la puerta sin darte cuenta de que yo estoy ahí, unas mesas al fondo. La dependienta permanece sonríendo apoyada en la barra.
-Deja de mirarlo.- Dice mi amiga, rozando mi mejilla con las yemas.
-No puedo, nunca he podido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario